Por: Wolfgang Reina, Cronista de Puerto Ayacucho

(Waka Noticias. Puerto Ayacucho, 31/12/2019).- Felices años van y felices años vienen, eran los tiempos de Los Beatles y de nuestro recordado Diego Figueroa con su Puerto Ayacucho querido. Y desde la Universidad de Los Andes pasando por el pueblo llanero de Zaraza, con destino a los encantados raudales de Atures, a la tierra amada que lo vio crecer conjuntamente con sus amigos de infancia como: Felipe Jordán, Augusto Briceño, Heriberto Rodríguez, entre otros más que no recuerdo, va llegando Alberto, sonrisa de Navidad.

Alberto, sonrisa de Navidad, era un humilde y cariñoso estudiante. El sol brilló para él al hacerse realidad su sueño, graduarse como médico neurólogo, nunca se apartó de su criollísima y eterna compañera: un par de alpargatas.

Alberto, sonrisa de Navidad, motivaba con su cuatro y maracas a sus hermanos para ayudar a su mamá Margarita a preparar el carato de maíz y sus hallacas.

Alberto, sonrisa de Navidad, les decía a los muchachos del barrio vamos compañero a comprar una botella de ron porque es Navidad, vamos a cantarle a la Virgen María y a San José en las misas de aguinaldo con flores y colores. Vamos a cantarle al buen gusto porque Puerto Ayacucho se viste de fiesta para recibir el nacimiento del niño Dios.

Alberto, sonrisa de Navidad, decían también las lindas muchachas, porque el amor de Alberto no tiene precio, es libre como el viento, también es libre como la buena medicina y cura al enfermo.