LA ERA DE LOS AEROTAXIS

Hubo una época en Puerto Ayacucho que las avionetas se agarraban desde el Aeropuerto “Cacique Aramare” como tomar un taxi: igual era de fácil y de barato. Este nombre fue puesto por el Gobernador Ing° Eladio Avendaño Casanova (1966-1968).

 

A comienzos de los años 70 venían las avionetas desde San Fernando de Apure de las Empresas ASERCA y ACASA y de Ciudad Bolívar venían COMERAVIA y AGUAYSA. Hasta que ésta última decidió establecerse en nuestra ciudad. Pasó a ser la primera empresa de aerotaxis de Amazonas. Con el tiempo apareció AVISUR, de corta duración y a principios de los 80 nació WAYUMI, un ícono del Amazonas de esos tiempos.

 

Estas avionetas contribuyeron grandemente con el desarrollo de Amazonas y era común ver un animado movimiento de pasajeros hacia el interior del entonces Territorio. Volaban regularmente a destinos tan diversos de la geografía amazonense como San Fernando de Atabapo, Maroa, San Carlos de Río Negro. San Juan de Manapiare, La Esmeralda, Ocamo y otros. Hacia algunos de esos destinos había hasta 3 y 4 vuelos diarios debido al gran volumen de pasajeros; afirma el piloto Carlos Rivas que de los 3 vuelos diarios en aviones de las líneas nacionales que venían desde Caracas, muchos pasajeros no querían saber nada de Puerto Ayacucho y en seguida hacían el trasbordo para el interior de Amazonas: teníamos una floreciente industria del turismo y provocaba vivir en el interior de Amazonas debido a la facilidad de las comunicaciones. Éramos felices ante tanta abundancia.

 

Los pilotos eran verdaderos caballeros del aire; sabían que arriesgaban la vida ante un mar de selva inhóspita e intrincada y hubo muchos accidentes donde murieron ellos y los pasajeros. Pero era el precio que había que pagar y que exigía la venida del progreso. Unos sobrevivieron. Otros desaparecieron para siempre. Se produjeron accidentes que tuvieron resonancia internacional, como el de la Doctora Raiza Ruiz. Fue verdaderamente dramático. Y un caballero del aire de esos tiempos como lo fue “El Tigre” Fajardo despegó en horas de la noche a buscarla a San Carlos de Río Negro, al saberse la noticia que había sobrevivido después de 1 semana de odisea en la selva. El pueblo de San Carlos estaba sin luz y alumbraron y señalizaron la pista con antorcha y fogones. Y volvió en horas de la madrugada a Puerto Ayacucho. ¡Qué proeza!¡Qué desprendimiento! Así eran nuestros pilotos.

 

Aún no está escrita totalmente estas páginas de la Historia Regional de Amazonas que protagonizaron estos verdaderos héroes nuestros, que lo dieron todo, hasta su vida, por Amazonas. Así lo hizo Enrique Milano, Rommy Uzcátegui, el “Cigarrón” Ordóñez, Pablo Silva, Brett Daal, el español Meléndez y el último en desaparecer, Rubén Hernández. Hay otros que escapan a la cuenta. Quizás todos sabían que iban a morir, pero siguieron adelante, como gigantes gladiadores siderales. Muy pocos murieron tranquilamente en su cama, como el recordado “Pepe e¨Guama”. De esa época sobreviven Carlos Rivas y el Capitán Habdid Seguias, dueños de Empresas de aviación los dos. No crean que, como jefes, ellos no arriesgaban el pellejo, al igual que los que desaparecieron, que trabajaron con ellos. Solamente no les tocó morir y quizás sobrevivieron para echar el cuento de una época fantástica y maravillosa, de verdaderos caballeros andantes (volantes) de Amazonas. En su libro SOBREVIVIENTES DE LA SELVA del buen amigo Eliseo Jordán describe parte de esta Historia no contada totalmente aún. Como anécdota final: un amazonense construyó un avión y voló. Quizás sea el único construido en Venezuela. El buen amigo Michael Dawson (más amazonense que cualquiera y casado con una parienta, por si a algún ultroso se le ocurre decir que es un yanqui imperialista), nacido en la comunidad Yanomami de Koshiirowateri (=la comunidad de la abeja sin aguijón), Río Padamo, lo hizo con materiales del mercado y un motor de wolfwagen y voló hasta Maiquetía. También construyó un aerodeslizador para viajar sobre las aguas hasta su comunidad que queda en el Municipio Alto Orinoco. Por último escribió un libro que es un best seller: CRECIENDO COMO UN YANOMAMI, pues se precia de pertenecer a este Pueblo.

 

Como despedida final diremos que desaparecieron nuestros pilotos y nuestros aviones. Ahora Amazonas está inerme, porque esta “revolución” acabó con todo. Sin comunicación para el interior, Amazonas está indefensa, despoblada y abandonada, ocupada por guerrilleros colombianos del ELN y militares y autoridades venezolanas, metidos en sociedad en negocios ilícitos y de explotación del oro, contaminando nuestros ríos y destruyendo nuestras selvas. Es una política de estado mantenernos en esa situación, para expoliarnos y robarnos mejor y con más facilidad.

Amazonas está postrada.