Por: Wolfgang Reina, Cronista de Puerto Ayacucho

(Waka Noticias. Puerto Ayacucho, 04/09/2019).- Final de la tarde del día martes 4 de diciembre de 2018, fue bautizada por el ciudadano presidente del Concejo Municipal Autónomo Atures, profesor José Antonio Mejías, con la presencia del Cronista de la ciudad, el director de Catastro, los vecinos y familiares del homenajeado, la Calle Sargento Ortiz, también se celebraba el día de Santa Bárbara y el comienzo de la antesala del nacimiento del Niño Dios llamado “Jesús”.

El bautizo del epónimo Calle Sargento Ortiz, fue un acto sencillo con sabor a pueblo, pero de gran importancia que marcó historia para construir la memoria de la ciudad en la tarea de hacer justicia en la conservación y defensa del acervo patrimonio histórico, cultural y natural, como bienes del municipio capital de Atures.

Que bueno ver la alegría de paz, el abrazo solidario humano, la sonrisa radiante de los niños, todo pareciera que se había adelantado la llegada del Espíritu de la Navidad entre los amigos y vecinos del populoso barrio Atabapo, donde la gente se sentía como protagonista de ese bonito acontecimiento histórico aturense de saber que uno de sus cofundadores vecinos lleva un epónimo de sus principales calles como fue en vida Don Ricardo Antonio Ortiz, constructor de una honorable familia amazonense.

En vista que estamos en el mes decembrino, no faltó la sorpresa de un brindis de la familia Ortiz en la memoria del homenajeado, con el acostumbrado carato de maíz, el jugo de túpiro, la rica torta de yuca, los bollitos picantes, gracias a la fórmula de gastronomía amazonense de las Marías nietas del Sargento Ortiz.

Este extraordinario venezolano de perfil humilde de cuerpo y alma, fue un servidor público, soldado de la patria, amante del sistema democrático y sus leyes, mereció ser elevado la asignación de su digno nombre cumpliendo con el procedimiento establecido en la vigente Ordenanza de Epónimos del municipio Atures.

Este insigne ciudadano, nace un 18 de enero de 1923 en la población de Soledad, estado Anzoátegui, de origen de la etnia guaraúno. Hijo de Doña Tomasa Ortiz y Ricardo Sifontes, quedando huérfano a muy temprana edad, a los 7 años.

Ya como militar profesional de nuestra gloriosa Guardia Nacional, fundada por el general en jefe Eleazar López Contreras, en esos buenos tiempos tenía como principio “El Honor es su Divisa”, pertenecía de verdad al pueblo soberano.

Llega a esta tierra de gracia de la Amazonía venezolana, donde fue comandante del puesto militar del entonces Territorio Federal Amazonas, y como hombre de bien, fue premiado con el mejor hermoso regalo de parte de nuestro Dios bendito misericordioso en el colorido mágico pueblito de Maroa y del distinguido letrado Marcelino Bueno, donde conoce de un solo flechazo, su gran amor y eterna compañera Doña Emma Davalillo Álvarez, con quien se casó en el año 1948, en el mismo terruño donde inspiró sus versos años más tardes por el conocido compositor y cantante, el maestro Diego Figueroa con el tema “Maroa tierra de Amazonas”.

En ese universo nido de amor nacieron sus queridos hijos: Luis Ramón, Nelson Atilio, Maggy Coromoto, Aleida Lucía, Nilsa Tomasa, Onilda Begoña, Lourdes Isolina, Leni del Carmen, Mirna Auxiliadora, Ricardo José, Luisa del Valle y Wilfredo. Son y fueron las 12 uvas de un buen vino familiar amazonense de felices años van y felices años vienen dentro de un hogar humilde, trabajadores, profesionales, casa de mucho respeto, unión, diálogo, oración e innovación, finalmente de una conducta intachable en su vida civil y militar.