“Escribir es dejar una huella ante la mirada de Dios y la humanidad”

(Waka Noticias. Puerto Ayacucho, 02/12/2020).- Abriendo otra página de Memorias de Atures, donde no se puede dejar de nombrar al joven amazonense de corazón Jimmy Henry Ruiz Pernil, nuestro modesto, carismático, personaje invitado de hoy para ésta reseña histórica, perteneciente a la sexta generación de jóvenes comerciantes de la llamada “Era Digitalizada del Siglo XXI”, como también del dinero electrónico, que ante las adversidades han salido victoriosos por sus características de sacrificios al trabajo, echar para adelante y que todo no ha sido color de rosa.

Permítanme aclarar desde mi puño y letra, que no hay que esperar 80 años de buenos servicios en reconocer el patrimonio de los valores naturales y éticos de esos sueños, llenos de ideales creativos, esas visiones y proyectos en ese ser humano amazonense que su humildad y capacidad no es inferior a otro hombre del primer mundo, sería como no reconocer la sabia inteligencia y belleza de la mujer venezolana.

Es por ello, que no hay edad para reconocer a los mejores hombres y mujeres, el orgullo de ser amazonense, no importa quienes hemos nacido y los que han venido a acompañarnos a crecer y progresar en estas tierras de dicha prosperidad. Aquí tenemos el humilde ejemplo del joven comerciante Jimmy Henry Ruiz Pernil, nuestro personaje invitado de etiqueta, quién nace un 17 de Julio de 1.977, en la ciudad jardín de Venezuela, Maracay, estado Aragua.

En sus primeros pasos comenzó a explorar el área comercial, logrando su primer trabajo en el supermercado “Mercatradona” de San Fernando de Apure, donde fue cambiado en el año 1.998 al Supermercado “Mercatradona” de la ciudad de Puerto Ayacucho, lugar que fue una escuela comercial para muchos jóvenes amazonenses. Ejerció el cargo de Jefe de Estantería; meses después, ascendió a Supervisor, y luego a Gerente de Mercado, trabajando el tiempo de cinco años, cuándo se retira voluntariamente del cargo, para entrar a trabajar en el cargo de Tesorero del Banco de Venezuela local, ocupando dicho puesto por seis años.

Posteriormente, pasa a laborar como proveedor del Instituto Nacional de Nutrición para las Escuelas Bolivarianas del estado Amazonas por el lapso de un año. De igual manera, ingresa al Banco Banesco, desempeñándose también como Tesorero por seis años en esa entidad bancaria regional.

Con sus ahorros en el año 2.016 establece su propio negocio comercial, qué ha sido la clave del éxito con el epónimo “La Mansión de la Charcutería”, y con mucha sabiduría, tenacidad, rectitud y gerencia de un buen servicio, el joven empresario Jimmy Ruiz, supo ganarse el cariño del pueblo amazonense, donde su familia ha sido su mejor aliado en estas tierras de gracia de la Amazonía venezolana, de ese Atures cuando en el año 1.732, el Padre Jesuita “José Gumilla”, en sus Misiones Orinoco, sembró la primera mata de café, tanto en Venezuela, como en Sudamérica.

De ese Atures donde nació el primer pueblito con el nombre de San Juan Nepomuceno de Atures, en el año 1.947, ubicado en la boca del Río Cataniapo, fundado por el misionero padre Jesuita Francisco González. Y finalmente, de ese Atures que, a principio del siglo XX, nació la ciudad de Puerto Ayacucho, capital del estado Amazonas, en la construcción de una carretera llamada Puerto Perico a Puerto Morganito, fundada por el extraordinario venezolano, ingeniero Santiago Aguerrevere Michelena, el 9 de diciembre del año 1.924.

Debido a la relevancia del joven personaje invitado de hoy, traemos a colación, una humilde e importante reflexión que éste nos deja, la cual me permito ilustrar:

“Toda crisis hay que enfrentarla llenándose de calma, y buscar el lado positivo al problema, y no dejarse llevar por la desesperación, sin usar bien la razón; ahí está la clave del éxito”.

Por: Wolfgang Reina, Cronista Oficial de Puerto Ayacucho

Fotografía: Cortesía