Han sido tres meses muy duros, hemos resistido con valentía, estoicamente y contra todo pronóstico a cada uno de los ataques del imperialismo.  Esto no significa que ganamos y que todo será paz y amor, pues el imperialismo jugó sus cartas, hizo sus jugadas y fallaron, pero aún no termina la partida, viene una nueva arremetida muchísimo más agresiva y los patriotas debemos prepararnos para escenarios mucho más complejos y difíciles.

No solo por sus condiciones medioambientales que determinan nuestra frontera con Colombia, árida en el segmento conflictivo  –Ureña/San Antonio –  ahora a causa del éxodo proveniente de Venezuela por una crisis sociopolítica que generó el gobierno venezolano, la frontera colombo-venezolana se recalentó por reservas a una invasión militar mediante el canal de ayuda humanitaria, razón por la cual surgió un encuentro Pompeo/Duque en un sector crítico de dicho segmento adyacente a Puente Las Tienditas, a fin de conversar sobre las consecuencias de la crisis originada en nuestro país, observándola in situ. Un encuentro que bien podría tratarse de reactivación de la “Política de buen vecino” que impulsó el presidente Franklin D. Roosevelt dentro del marco de la VII Conferencia Panamericana de 12/1933 en relación con su política hacia América Latina durante el lapso 1933-1945 cuando la intervención EEUU en los asuntos internos de las naciones latinoamericanas fue moderándose en busca de la solidaridad hemisférica contra amenazas externas. Especialmente, de las potencias del eje durante la Segunda Guerra Mundial.

Mal podríamos ignorar que Venezuela está siendo sojuzgada mediante una privación colectivizada. El régimen procuró y/o propició, sigilosamente, desmontar toda institucionalidad; además de intervenir la economía, logró pervertir a la sociedad e indujeron al país hacia una forma de campo de concentración a fin de consumar crímemes de LESA HUMANIDAD, que, tras AUSCHWITZ creíamos una etapa superada. Nos alienaron con miras a fin de que sean ellos, los usurpadores, quienes dispondrían, inapelablemente, cuándo y cómo satisfacer nuestras necesidades; incluso, hasta las de aseo e higiene personal, así como las de alimentación.

Esta es la rutina en la estacion de servicios Cataniapo (la floridad) controles y mas controles

En la actualidad está muy de moda el término “Ayuda Humanitaria”, entre otras cosas, porque aparte del otro termino repetido muchísimas veces en 2018 “Canal Humanitario”, hoy nuevamente el diputado “auto-nombrado” Presidente Encargado de Venezuela ha solicitado al gobierno de Estados Unidos y otros de Europa una Ayuda Humanitaria, según él para resolver la grave crisis que vive el país, provocada en una forma paradójica por estos mismos países que han implantado sobre el estado Venezolano, sanciones y medidas coercitivas que afecta el comercio y nuestra economía. Más adelante hablaremos de ello.

El Abogado Jesús E. Rodríguez Cedeño, realizo un extenso análisis que titulo la perdida de la legitimidad. A continuación, el comunicado integro.

Lo que se vive actualmente en Venezuela es la pérdida de la legitimidad de un régimen en decadencia. 

Desde el 23 de enero de 2019 hasta nuestros días el régimen agonizante dirigido por el ciudadano Nicolás Maduro ha tratado de centrar el foco del problema venezolano en la violencia que se vive en las calles producto de las continuas protestas, siendo ello una conducta disuasiva de la realidad pues lo medular del asunto lo constituye la pérdida de la legitimidad del status quo imperante, es decir del Poder Ejecutivo junto con los demás poderes públicos exceptuando a la Asamblea Nacional.

El Artículo 349 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en su primer aparte reza lo siguiente: “…Los poderes constituidos no podrán en forma alguna impedir las decisiones de la Asamblea Nacional Constituyente…”

Entre la crisis y desorden económico vivimos los venezolanos y en especial los amazonenses ya todo el mundo sabe que diariamente vivimos en hiperinflación, los precios aumentan, según el rubro, cada hora, día, 3 días, o semana, más de ahí es imposible mantener un precio, excepto el en las cuñas publicitarias que casi nadie compra ya.

¿Será que Amazonas seguirá siendo “tierra de nadie” y que sus pobladores tengan que estar a la buena de Dios por la ausencia del Gobierno?